Blog de la Biblioteca del CEIP Maestro Juan Alcaide (Valdepeñas, Ciudad Real)

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lunes, 5 de marzo de 2012

¿No es fantástico?

DECLARACIÓN UNIVERSAL
DEL DERECHO A ESCUCHAR CUENTOS

1. Todas los niños, de cero a cien años, sin distinción de raza, idioma o religión tienen derecho a escuchar los más hermosos cuentos, mitos y leyendas de la tradición oral de los pueblos.

2. Todo niño tiene pleno derecho a exigir que sus padres y madres les cuenten cuentos a cualquier hora del día. Aquellos padres  que sean sorprendidos negándose a contar un cuento a un niño, no sólo incurren  en un grave delito de omisión cultural, sino que se están autocondenando a que sus hijos jamás vuelvan a pedir otro cuento.

3. Todo niño que por una u otra razón no tenga a nadie que le cuente cuentos, tiene absoluto derecho a pedir  al adulto de su preferencia que se los cuente, siempre y cuando éste demuestre que lo hace con amor
y ternura, que es como se cuentan los cuentos.

4. Todo niño tiene derecho a escuchar cuentos sentado en las rodillas de sus abuelos. Aquellos que tengan vivos a sus cuatro abuelos podrán cederlos a otros niños que, por diversas razones, no tengan abuelos que se los cuenten. Del mismo modo, aquellos abuelos que carezcan de nietos están en libertad de acudir a escuelas, parques, y otros lugares de concentración infantil donde, con entera libertad, podrán contar cuantos cuentos quieran.

5. Las personas adultas están en la obligación de poner al alcance de los niños  todos los libros, cuentos y poemas de diferentes autores.

6. Todo niño goza a plenitud del derecho a conocer fábulas, mitos y leyendas de la tradición oral de su país. Las niñas y los niños tienen perfecto derecho a interesarse en los relatos indígenas y cuentos costumbristas, así como en toda aquella literatura creada por el pueblo.

7. Todo niño tiene derecho a inventar y contar sus propios cuentos, así como modificar los ya existentes creando su propia versión. En aquellos casos de niños y niñas muy influidos por la televisión o los videojuegos, sus padres están en la obligación de descontaminarlos conduciéndoles por los caminos de la imaginación de la mano de un buen libro de cuentos infantiles.

8. Las niñas y niños tienen derecho a exigir cuentos nuevos. Los adultos están en la obligación de nutrirse permanentemente de nuevos relatos, propios o no, con o sin reyes, largos o cortos. Lo único obligatorio es que sean hermosos y cautivantes.

9. Las niñas y niños siempre tienen derecho a pedir otro cuento y a pedir que le cuenten un millón de veces el mismo cuento.

10. Todas las niñas y niños del mundo tienen derecho a crecer acompañados de las aventuras de “Tío Tigre y Tío Conejo”, de aquella vaca rosa que sólo algunos ven, de las hadas madrinas, del “…colorín colorado”, y del inmortal “Había una vez…” palabra mágica que abre las puertas de la imaginación hacia los sueños más hermosos de la niñez.

Pues ya sabéis...niños, pedid que os cuenten cuentos... adultos, ¡contadlos!